Son muchas las personas que todavía siguen yendo a un dentista diferente cada vez que tienen que cuidar su salud bucodental. Sin embargo, lo mejor es contar con un especialista de confianza con el que uno se sienta cómodo y sepa que todo va a salir bien. Como ocurre con casi todo en la vida, te encuentras algunos mejores y otros peores, pero siempre hay buenas opciones con las que ir al dentista puede ser una experiencia agradable. Somos plenamente conscientes de que ir al dentista puede ser algo que genere miedo o nervios, pero ahora mismo todos han mejorado mucho y cada vez cuentan con medios más avanzados, así que puedes elegir aquello que más te convenga. De todas maneras, si todavía tienes dudas, queremos darte a conocer las cualidades de un buen dentista. Toma nota de todas ellas e ir a consulta será algo perfecto para ti.
Apunta las cualidades de un buen dentista
- Empatía: Entre las cualidades de un buen dentista, esta es una que no puede faltar. Son muy diferentes los pacientes que llegan a consulta y cada uno con necesidades muy distintas y personalidades complejas. Por eso, un dentista debe tener la capacidad de ponerse en el lugar de cada uno para saber escucharlo y darle el tratamiento que se merece. Hará todo lo posible para intentar que siempre se encuentre tranquilo. Esto irá en beneficio del paciente y de él mismo. Además, hay que tener en cuenta que un dentista no solo trabaja con adultos, sino que también debe tratar con niños, con lo que no puede comportarse de la misma manera con unos que con otros.
- Paciencia: Volvemos a lo mismo. Es muy importante saber comprender y tener la capacidad de adaptarse a cada persona que llega a la clínica. Muchos de ellos llegan con muchos nervios y hacen que sea muy difícil proceder con ellos con los tratamientos. El especialista debe saberlo y tiene que contar con la capacidad de tranquilizar al paciente y saber parar si es necesario. Si tiene que tardar algo más con cualquier tratamiento, no pasa nada. Lo más importante es que el paciente pueda encontrarse a gusto. Dicho esto, tampoco puede conceder todo al paciente, ya que el profesional es él.
- Formación: Es una de las cualidades de un buen dentista que no pueden faltar hoy en día. Es un mundo en el que cada vez hay más intrusismo y en el que se ofrecen cosas cada vez más baratas que, al final, acaban saliendo mucho más caras. Es fácil comprobar si un dentista está colegiado, así que elige uno que lo esté y ya será una garantía. Tratar con alguien que quizás no cuente con todos los conocimientos necesarios puede tener consecuencias fatales para la boca y el organismo.
- Habilidad: Aunque parezca mentira, es muy conveniente que un dentista sepa manejarse muy bien con las manos y con cualquier postura que adopte durante los tratamientos a realizar. Ten en cuenta que son muchos los utensilios que maneja y tendrá que adaptarse a la perfección a cada paciente.
¿Crees que con esto ya puedes tener el dentista que siempre has querido? Seguro que sí. Ponte en marcha y cuida al máximo tu boca.