Ir al psicólogo está cada vez más normalizado. ¡Y menos mal! Porque cuidar la salud mental es tan importante como pasar por el dentista o el médico de cabecera. Pero aún hay por ahí quien prefiere evitar la consulta del psicólogo con argumentos que, aunque nos saquen una sonrisa, también merecen una respuesta con un poco de humor (y algo de lógica). Así que hoy no vamos a juzgar… pero sí vamos a desmontar las principales razones para no ir al psicólogo con una sonrisa en la cara.
Si alguna vez has dicho eso de «yo no necesito terapia», «con un par de cañas se me pasa todo» o «los psicólogos son para los locos», este post es para ti. Vamos a repasar cuatro excusas muy populares para no ir al psicólogo que, aunque suenen convincentes al principio, se desinflan rápido cuando las analizamos con un poco de sentido común.
Del mismo modo que ya te contamos 4 razones para ir al psicólogo que deberían convencernos, hoy vamos a tratar de desmontar a esas personas que se resisten por todos los medios a ponerse en manos de estos expertos… Aunque realmente lo estén pidiendo a gritos.
Las excusas más creativas (pero poco útiles) como razones para no ir al psicólogo
- «No necesito un psicólogo, tengo amigos que me escuchan»
¡Qué suerte tener buenos amigos! Pero cuidado: que te escuchen no significa que puedan ayudarte de forma profesional. Tus colegas te quieren, sí, pero también tienen su vida, sus líos y, probablemente, sus propios traumas sin resolver. Un psicólogo no solo te escucha, sino que te da herramientas reales para gestionar lo que te pasa. Y lo hace sin juzgarte ni compararte con su primo, el que está «mucho peor». - «Eso es para gente con problemas serios y yo estoy bien»
Vale, quizás no estás al borde del colapso, pero ¿y si estuvieras mejor? La terapia no es solo para emergencias emocionales. También es para quien quiere conocerse más, tomar mejores decisiones o dejar de repetir los mismos errores en bucle. Ir al psicólogo es como hacer mantenimiento preventivo: más vale una sesión a tiempo que una crisis desatada. - «Es que no tengo tiempo»
Esta es una de nuestras razones para no ir al psicólogo preferidas. ¡La excusa universal! No hay tiempo para terapia, pero sí para series, scroll infinito y quejas existenciales por WhatsApp. Lo cierto es que hoy en día hay opciones muy flexibles: online, por teléfono o incluso en formato exprés. Y además, dedicar una hora a la semana a tu bienestar puede hacer que el resto de tus horas sean más llevaderas. Productividad emocional, lo llaman. - «Es muy caro»
A ver, no te vamos a engañar: la terapia cuesta dinero. Pero también lo cuesta el gimnasio, el móvil nuevo o ese brunch del domingo que te dura dos stories. ¿Y si empiezas a ver la salud mental como una inversión? A largo plazo, te compensa más que muchos gastos que ni recuerdas haber hecho.
En resumen: excusas hay muchas, pero motivos para ir al psicólogo hay más. Y si alguna vez has usado una de estas cuatro, no pasa nada. Todos hemos estado ahí. Lo importante es saber reírse de ellas… y luego, quizá, pedir cita.