La ansiedad es uno de los problemas que afectan a más población en el mundo junto con la depresión. La ansiedad es el mal de nuestros tiempos pero de nada sirve luchar contra ella, pues la haremos más fuerte. Hoy te explicamos cómo controlar la ansiedad.
La ansiedad es un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para ponernos en modo alerta. Nos está avisando de que algo va mal. En ocasiones puede ser adaptativa, es decir, nos alerta de un peligro real al que debemos hacer frente. En otros casos comienza siendo así pero termina en un posible ataque porque aumenta.
Sea cual sea la causa, la ansiedad suele presentar síntomas como dificultad para respirar, sensación de mareo, insomnio, sudoración, taquicardia, dolor de cabeza o de estómago, etc. Cada persona es diferente y la ansiedad puede manifestarse de muy diversas formas, aunque estas sean las más comunes.
¿Cómo controlar la ansiedad?
Para evitar que la ansiedad aumente y termine desencadenando un ataque de pánico, es necesario saber que lo peor que podemos hacer, es luchar contra ella.
Pongamos que nos duele un brazo. Lo sentimos, pero no nos centramos en el dolor y esperamos hasta poder ir al médico a mirarlo. Todo irá bien. Si por el contrario nos centramos en ese dolor y toda nuestra atención la dedicamos a ese brazo, terminará doliéndonos más y contribuyendo a imaginar situaciones dramáticas. que empeorarán nuestra situación.
Esto mismo es lo que ocurre con la ansiedad y es por eso que, ya que no podemos hacerla desaparecer en el momento, al menos podemos detenerla, hacer que no aumente o incluso disminuirla poco a poco.
Lo primero que debemos hacer si tenemos ansiedad habitualmente es consultar con nuestro médico y, probablemente, acudir a terapia. La terapia nos ayudará a prevenir la ansiedad tratando la fuente que nos la produce y que quizá no sepamos siquiera identificar. Si no tienes claro cuándo acudir a terapia, lee esta entrada de nuestro blog.
Algunos consejos para calmar la ansiedad y los pensamientos
No existe una fórmula mágica, pero algunas de estas recomendaciones pueden ayudarte mucho si no dispones de otros recursos. Toma nota.
- Meditar: no consiste en poner la mente en blanco, como suele creerse, eso es imposible. La mente solo sabe hacer su trabajo, que es pensar. Meditar consiste en concentrar esos pensamientos en otro foco, en este caso en la respiración. Busca un lugar donde sentarte o tumbarte, preferiblemente, cierra los ojos y concéntrate en hacer largas inspiraciones y espiraciones.
- Moverte: esto debes hacerlo regularmente pero si te notas agitado y nervioso, baila, salta, haz una secuencia de estiramientos… Mueve tu cuerpo, dale otro foco en el que centrarse.
- Reír: si quieres que tu cuerpo libere endorfinas y relaje los músculos, nada mejor que reír. Busca vídeos graciosos, lectura divertida, habla con ese amigo que siempre te saca una carcajada.
- Infusiones: existen numerosas infusiones relajantes en el mercado que pueden sernos de gran ayuda cuando estamos nerviosos. Tila, pasiflora, valeriana…
- Habla: cuéntaselo a tus amigos, a tu familia, a las personas en las que confíes. No existe nada malo en tener ansiedad y los problemas se hacen más pequeños cuando se los contamos a alguien y logramos salir un poco de la subjetividad. No todo gira en torno a nosotros, pero a menudo es difícil darnos cuenta. Una tarde entre amigos puede ser el mejor remedio para la ansiedad.
Por supuesto, los profesionales del campo de la terapia son quienes mejor pueden ayudarte, especialmente en casos graves. Pero si quieres controlar la ansiedad o reducir el nerviosismo en momentos puntuales, estos pequeños consejos te ayudarán.
Deja que tu mente haga su trabajo, pero no lo alimentes: respira y frena.