Para las personas superdotadas, encontrarse bien emocionalmente es tremendamente complicado. Experimentan una profunda intensidad emocional, se sienten abrumadas fácilmente y perciben los problemas con una magnitud que puede parecer desproporcionada para los demás.
En muchos casos, las altas capacidades se confunden con el TDAH y el autismo, pero aunque todas ellas caben bajo el paraguas de las neurodivergencias, no son lo mismo.
¿Cómo son las personas superdotadas?
Las personas con altas capacidades intelectuales:
- Son capaces de ver múltiples capas de significado en situaciones cotidianas, lo que les lleva a analizar todo en profundidad.
- Sus emociones son más profundas, vívidas y complejas que las de la mayoría de las personas.
- Se exigen mucho a sí mismas, lo que deriva en ansiedad y miedo al fracaso.
- Su hipereficiencia cerebral procesa información muy rápido y en múltiples direcciones simultáneamente, lo que provoca agotamiento mental.
- Perciben y absorben el sufrimiento ajeno como si fuera propio, generando una carga emocional constante.
- Su sensibilidad sensorial está aumentada, por lo que ruidos, luces o texturas pueden resultar abrumadores y desgastantes.
¿Por qué están siempre abrumadas y por qué el más mínimo problema supone un mundo para ellas?
Las personas superdotadas viven en un estado constante de saturación mental y emocional por:
- Sobreestimulación cognitiva: su cerebro no deja de analizar y conectar ideas. Esto supone un agotamiento constante.
- Falta de comprensión del entorno: los demás no entienden su manera de pensar ni sus preocupaciones, lo que genera frustración, incomprensión y soledad.
- Dificultades para encontrar pares intelectuales: esta sensación de «no encajar» genera soledad y ansiedad.
- Altos niveles de autoexigencia: viven en un estado de presión continua.
- Dificultad para gestionar la incertidumbre: al necesitar comprender todo en profundidad, los problemas sin solución inmediata les generan mucha angustia.
Esta combinación de hiperreflexión, intensidad emocional y perfeccionismo hace que las personas con altas capacidades perciban los problemas de forma diferente a las personas neurotípicas:
- Cada problema activa múltiples niveles de análisis: además del problema en sí, ven todas las implicaciones posibles, aumentando su impacto emocional.
- Su sentido del deber los lleva a buscar soluciones inmediatas: y cuando no pueden resolver algo, se frustran.
- La incertidumbre les genera ansiedad: ya que su mente busca orden y comprensión.
- El miedo al fracaso es mayor: al ser tan perfeccionistas, cualquier error o dificultad puede ser percibido como una gran derrota personal.
Las personas superdotadas presentan un riesgo de suicidio más alto
Estudios muestran que las personas con un CI superior a 130 tienen hasta 3 veces más riesgo de desarrollar ansiedad y depresión. Las personas con altas capacidades intelectuales tienen mayor propensión a ideaciones suicidas, especialmente si carecen de apoyo emocional adecuado.
Identificar la superdotación es crucial para ofrecer apoyo adecuado. Sin un diagnóstico, estas personas pueden ser etiquetadas erróneamente como ansiosas, depresivas o con trastornos de conducta.
Debemos tener en cuenta en todo momento que las personas con altas capacidades tienen un riesgo aumentado de depresión y suicidio. Esto sucede por:
1.- Sentimiento de alienación
No encontrar personas con quienes compartir su nivel de pensamiento genera una profunda sensación de soledad.
2.- Hiperrreflexión sobre el sentido de la vida
Muchas de estas personas cuestionan su existencia y experimentan crisis existenciales desde edades tempranas, que pueden acompañarlos durante toda su vida.
3.- Perfeccionismo extremo
El miedo al fracaso y la autocrítica les hacen sentir inútiles o fracasados, incluso si tienen grandes logros.
4.- Dificultades para encontrar un propósito
A menudo sienten que la sociedad no valora lo que pueden aportar, lo que les genera desesperanza.
Las personas superdotadas tienen un potencial increíble, pero su forma única de percibir el mundo también puede ser una carga emocional abrumadora.
Si eres una persona superdotada o conoces a alguien que lo sea, es importante crear espacios de apoyo donde puedan expresarse sin miedo y recibir la comprensión que necesitan.